Aún
no lo puedo creer, mañana es el gran día. Estoy realmente ansioso por comenzar
este viaje que se ha postergado por tanto tiempo. Ahora miro hacia atrás y me
doy cuenta de que he sido un tonto. Sin embargo, no dejo de repetirme que las
cosas tienen sus tiempos…
A
las 06:00 horas la nave me espera para partir al destino. Destino: que
determinante y acertado término para este viaje. Realmente voy al encuentro de
mi destino, del que debió ser. Solo llevo mi diario, un papel garabateado, y mi
mochila con alguna ropa. Sé que allí, salvando las distancias, se puede
conseguir todo para pasar una bella temporada. Aunque por supuesto, no
necesitaré tanto…
Conseguí
dinero del lugar en una casa de antigüedades. Bizarro. Por lo que esa cuestión
está saldada. Ahora quedan estas horas para enfrentar mi futuro…o mi pasado. Solo
puedo pensar en el mar y la arena blanca con la que me voy a encontrar. Y un
perfume.
El
hombre cerró su diario de viaje y tomó
el periódico que estaba sobre la mesa. Un gesto de triunfo se le dibujó en el
rostro al observar el titular:
Trasbordador Lauken en su primer viaje a
través del espacio tiempo:
El
día 15 de este mes, el Transbordador Lauken despegará con 5 tripulantes en su
interior. El viaje, planeado desde hace más de una década, pretende retroceder 5
años al pasado, a la isla de San Clemente, meses antes de su desaparición del
planeta. El objetivo es conocer las condiciones climáticas de la isla, en los
momentos previos al cataclismo que la hizo desaparecer.
Los
tripulantes son los cuatros científicos de la NSE y el magnate que financió el
proyecto. Fuentes cercanas a este último, aseguran que su objetivo es algo
diferente al de los científicos. Se sospecha que desea encontrar un tesoro;
aunque, por trascendidos, supimos que este hombre iría en búsqueda de algo
perdido, muy preciado para él. Sin embargo, al preguntarle, el hombre de unos
50 años y dueño de más de la mitad de las empresas del mundo, solo respondió
con una mueca.
Más
allá de las causas, esta ambiciosa empresa, lleva gastada varios millones de
dólares y ha generado la expectativa de toda la comunidad, ya que sus
implicancias, si tuviera éxito, son inconmensurables.
Dejó
el periódico y se fue a descansar. Al día siguiente se levantó temprano.
Prácticamente no había dormido. Tomó su diario de viaje y anotó:
Día uno:
Anoche
no dormí; de solo pensar que hoy mismo pisaré ese suelo anhelado por tanto
tiempo, mi cuerpo y mi alma se estremecen. Debo enfocarme, no me voy a
adelantar porque, después de todo, la misión puede fracasar y toda esta
anticipación no serviría de nada.
Hace
dos horas abordamos; ya no queda nada y mi ansiedad está en su punto más
extremo. Por donde se la mire, la nave es exquisita. Las comodidades superan
nuestras necesidades, al menos las mías, por leguas. A pesar de lo que el resto
piense, mis necesidades son bastante básicas. Sin embargo, mi camarote es
enorme y cuenta con una biblioteca propia, aunque no la voy a necesitar. Dejé
mis cosas allí y fui a la cabina a conocer a los hombres que manejarán el
dispositivo. Los pilotos son agradables y ante mis cientos de preguntas (y
supongo que al ver mi rostro algo preocupado), me mostraron el panel de control
que parece un árbol de navidad, lleno de luces y botones. Uno de los paneles, que
se encuentra incrustado en la pared lateral, junto al piloto, tiene números que
titilan al compás de mi corazón y pregunto ¿qué es eso?: “es el reloj, aquí es
donde se colocaran las coordenadas del destino”. Ese dato, que no solo incluye
la fecha, sería fijada a último momento, ya que se encuentra sellada en un
sobre que dice confidencial ubicado en una caja fuerte.
Sin rastros
El
pasado 15, el transbordador Lauken emprendió un viaje inédito en la historia de
la humanidad. Dos pilotos y cinco tripulantes se aventuraron en el primer viaje
en el tiempo hecho jamás. A las horas de su partida, se tuvo la confirmación de
llegada para recibir luego solo un mensaje extraño y anónimo “…todos fuimos
engañados por él. Nos usó. Jamás llegamos a donde se suponía. No sé si
sobreviviremos a esto.” Para luego no recibir ningún tipo de comunicación más.
Luego
de semejante mensaje, la comunidad en general así como los científicos que
participaron del proyecto, entraron en shock y dieron expresiones de
consternación. Por otro lado, una gran preocupación, fue transmitida por parte
de las autoridades. Aunque solo dieron un escueto “Sin comentarios” al ser
abordados en las oficinas del NSE.
Día
dos:
Pisé
las arenas blancas de mi isla. Sí, mi isla, porque aquí se encuentra la dueña
de mi corazón. En la cabina hay un gran alboroto debido a que las coordenadas
no corresponden a la fecha especificada y no nos encontramos dónde y cuándo se
había acordado. No voy a discutir con ellos. El proyecto es mío, el pasado
también. En breve voy a verte. Espero no te asustes al verme llegar con estos
años de más. Solo esa posibilidad me preocupa: tu rechazo. Pero con solo pensar
que tu final llegará en breve y en soledad, se me parte el corazón y deseo solo
estar a tu lado aun si no me amas.
La
humanidad tiene posibilidades. Yo dejé toda la información necesaria para que
científicamente el viaje en el tiempo no se interrumpa y en breve mis compañeros
se darán cuenta de que es posible volver, aunque quizás no al mismo tiempo y
lugar. No es mi problema. Realmente no lo es. Trabaje toda mi vida en esto como
para que un puñado de científicos me ponga condiciones. Mañana por la tarde un
cataclismo eliminará esta isla y el mundo tal y como lo conocemos. Y yo moriré.
La pregunta es si lo haré solo o junto al amor de mi vida.
Día
final:
Cuando
llegué al sitio, donde treinta años atrás prometí encontrarte, mi corazón
estaba lleno de miedos. De preguntas. Era evidente que el amor me había llevado
hasta ese tiempo. Que me había guiado hasta tu corazón. Por más de treinta años
mi alma estuvo partida en dos por tu ausencia. Por haber cometido la estupidez
de no estar a tu lado cuando era necesario. Y ya no importan las excusas del
pasado. No tiene sentido que te cuente que no fue mi decisión no estar allí.
Que mis padres me arrastraron al otro lado del mundo para estar seguros de que
nada me pase. Ya no importa que te cuente que les rogué volver por vos y que no
me escucharon. ¿Quién escucha a un enamorado de 17 años? Nadie. Y solo pude
llorarte durante todos estos años. Y crear esta máquina que me devolviese
nuestro tiempo. Porque estas décadas lo único que me demostraron fue una vida
vacía de posibilidades. Porque aquellas posibilidades, la felicidad, el amor,
tenían y tienen tu nombre. Vos junto a mí.
Casi
pierdo todo cuando la primera vez el proyecto fracasó. Pero el único recuerdo que
me mantuvo cuerdo para lograr este objetivo fue nuestra canción y la promesa de
una vida juntos.
He muerto todos los días
esperándote,
no tengas miedo de que te haya amado,
durante mil años.
te amaré por otros mil
más.
Y al
llegar, te vi. Parada observando el mar, con la brisa despeinando tu hermoso
cabello oscuro. Mi recuerdo no te hace justicia. No. Eres más bella que todas
mis memorias juntas. Al verme, te acercás con duda. Quiero decir “soy yo” pero
el nudo que tengo en la garganta me impide poder emitir algún sonido. Sin
embargo, mirás mis ojos y allí todo se acomoda. Me acariciás y me besás. Sabés
que todo acabará pronto, que no hay forma de escapar a este destino escrito con
fuego. Con solo tu abrazo sé que agradecés que finalmente hubiese llegado. Tu
muerte, junto a la mía, será diferente ahora. No morirás en soledad con la idea
de que jamás te amé.
Ahora
solo resta aguardar nuestro final. Juntos.
De viajes en el tiempo y locuras
interespaciales…
Seis
meses han pasado desde que el transbordador Lauken partiera en busca de las
preguntas básicas de la humanidad. Luego de haber perdido contacto casi
inmediatamente después de su partida, en el día de ayer, el mundo recibió con
los brazos abiertos y las mentes llenas de inquietudes, a 4 de los 5
tripulantes. Hoy por la tarde, en conferencia de prensa, miles de preguntas
serán respondidas. La principal: ¿Qué sucedió con el magnate dueño del
proyecto? ¿Se volvió loco como todos dicen? ¿Tuvieron que abandonarlo en el
pasado para poder sobrevivir y volver sanos y salvos? Nada se sabe. Todo se
presume. Mientras tanto, se aguardan las declaraciones oficiales y se desea
conocer el futuro del proyecto.
Entonces
me doy cuenta de algo: observar el fin del mundo es lo más bello del universo,
a tu lado…
Autor:
Miscelánea de la oscuridad – Todos los derechos reservados 2014
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