miércoles, 6 de abril de 2016

Siempre que llovió…






Día 1:
“Se pronostican fuertes tormentas en todo el territorio nacional. Hay alerta meteorológico por abundante caída de agua en poco tiempo. Se recomienda el abastecimiento de los hogares con provisiones para apalear la situación. No sacar la basura hasta nuevo aviso. Consumir agua segura.”
—¿Ernesto escuchaste? Justo que empezás las vacaciones hay alerta meteorológico.
—¿Te das cuenta que estoy meado por un dinosaurio? Ni que viviéramos en zona de tornados. Hace 10 años que no me saco un día de vacaciones. La única vez que se me ocurre descansar, el mundo se pone en mi contra.
Bueno. Tampoco exageres, que la cosa no es para tanto. Bajá al almacén y traé esto que te puse en la lista. Por lo menos que no nos agarre desprevenidos. Si querés comprá una cerveza así miramos un peli esta noche.

Día 5:
¿A vos te parece? ¡Cinco días seguidos! Es impresionante. Nunca vi caer tanta agua junta. Quinto día de las vacaciones perdido. Decí que me quedo acá, que si tengo que salir con estos días así… ¡Qué mala suerte por Dios! No fuimos a ningún lado esperando a que pare y mirá. ¡Mirá vos! Jamás visto, jamás.
Ya va a parar. Calmate amor. En cuanto pare organizamos algo y nos vamos un finde. Tampoco es que los días están mejores en la playa. Marta me dijo que en la costa se vino un vendaval terrible y que también están encerrados. Imaginate con los chicos, sin tele, sin playa y a la noche dice que ni da para salir de lo feo que está. Ella piensa que se van a volver en cualquier momento. Pero vi en la tele que no están dejando a nadie salir a las rutas porque hay partes inundadas.
Que bajón. Sí, tenés razón. Por lo menos estamos en nuestro departamento, con internet, con películas para mirar… son vacaciones y como sea hay que disfrutar. Esta noche nos pedimos unas pizzas ¿te parece?

Día 15:
Esto está mal… ¡Es el diluvio de Noé! ¡No puede ser! Encima en la tele no te dicen nada. Pusieron esas películas del año 20 repetidas y los carteles del alerta meteorológico que nunca se terminan. La radio repite que no salgamos, que puede ser peligroso. Lluvia y más lluvia y la reput…
Ernesto, siempre que llovió paró. Relajate y salí un poco de la ventana. No va a cambiar nada por más que te petrifiques ahí. Está todo negro. Pensá que podríamos estar peor. ¡Ni que estuviésemos inundados! Mirá los que están con el agua al pecho. Los del litoral, ¡que terrible! Nosotros estamos en un décimo piso, abrigados, juntos. No se cortó la luz, seguís de vacaciones…
Sí pero en 3 días ¡hay que volver a trabajar! Gutiérrez me dijo que el jefe de departamento no está yendo porque lo evacuaron.
¿Dónde vive?
No sé, en un barrio del conurbano. ¡Pero es tremendo! Perdió el auto porque se le mojó toda la parte eléctrica. Lo peor es que le dijeron que si no para de llover no pueden volver a sus casas y después hay que ver que no se les derrumbe nada porque sino andá a cantarle a magolla… no hay seguro que te cubra con esto.

Día 35:
Ya no queda mucho de comer Ernesto. ¿Qué hacemos? Estoy preocupada. No puedo comunicarme con mamá y mi hermana dice que en Neuquén están igual, con el agua al cuello. Están pensando irse a la montaña… acá no tenemos montañas, Ernesto. No tenemos.
No sé. No sé qué hacer. Podríamos conseguir un bote…
¿Y a dónde vamos? ¿Vos te escuchas? ¡Un bote! ¿Y de dónde mierda sacamos un bote? ¡Los 3 primeros pisos del edificio desaparecieron, Ernesto! La gente ya se fue. Quedamos solo nosotros…
No me eches la culpa a mí. Vos te quisiste quedar por las cosas. ¿Que si nos roban que hacemos, Ernesto? ¿Que si nos vamos y saquean que hacemos Ernesto? ¿Y si perdemos todo? Ahora a bancarse las decisiones.
No me grites así… ¿no ves que estoy sensible? Tengo hambre, tengo sueño ¡Nos vamos a morir acá y vos me gritás!
No llores, no llores. Perdoname… ¿querés que explore en los otros departamentos a ver si encuentro algo?
Si, por favor. Necesito comer algo porque estoy muy triste… Algo dulce sería bueno… Gracias…

Día 128:
La tierra se cubrió completamente de agua. Ernesto y su esposa fueron los últimos que quedaron con vida. Encontraron un bote y dejaron el departamento en el momento en que el agua llegó al piso 8. Ya no tenían provisiones pero Ernesto sacó sus cañas de pescar y se alimentaron de peces y algas… Dicen que en el día 379 encontraron una isla y que ahí se instalaron y rearmaron su vida. También dicen que tuvieron unos cuantos hijos y que finalmente, como Adán y Eva, repoblaron el planeta. Pero como no hay quien confirme o niegue la historia, todo queda en lo hipotético. Y en la esperanza por sobre todas las cosas. 

Autor: Misceláneas (Soledad Fernández) - Todos los derechos reservados 2016

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